domingo, 9 de diciembre de 2012

Adulantes, Cuando escasea el orgullo. Por Remy Liscano



La frase criolla y popular “fulano es un Jalabolas” es muy común escucharla en diferentes lugares , sea en oficina, fabricas, tiendas, construcciones, instituciones públicas, guarniciones militares etc , etc es usada para identificar de forma peyorativa a todo aquel que tiene por costumbre usar la adulancia como forma de vida laboral, estos 
seres en su mayoría odiados por sus compañeros de trabajo (incluso en muchos casos por sus propios superiores a los que ellos mismos adulan) debido a la forma tan deprimente con la que trata de ganar indulgencia por parte de sus jefes , este tipo de conducta se manifiesta de muchas maneras depende del sitio donde se encuentre.

Como en toda fauna se encuentran innumerable cantidad de especies de lambones, están los evidentes, esos que muestran su jaladera sin ningún empacho ni vergüenza de ningún tipo incluso en muchos casos prácticamente la declaran a viva voz, están los solapados, aquellos que son aduladores natos con sus superiores pero se muestran delante de sus demás compañeros como críticos furibundos de la empresa o lugar donde se ejerza la actividad, pero actúan como los propios quinta columnas al llevar información de sus compañeros a oídos del Jefe, están también los aduladores sumisos aquellos que prefieren no opinar de nada pero con su silencio complaciente siempre terminan plegándose de forma total a las decisiones de los superiores sin importar que tan injustas y absurdas puedan parecer, también están los aduladores sonrientes esos que tratan de aparentar mas simpatía que las que realmente sienten hacia sus jefes con sonrisas forzadas y riéndoles los chistes malos a los mismos.

Nuestra historia está llena de episodios de adulancia, entre los que podemos recordar al General José Tadeo Monagas cuando ejerció la presidencia de la República , un ayudante que él tenía, al momento de preguntarle por la hora, le respondía: “La que usted quiere que sea mi General”
Otro Ejemplo de Genuflexión, al General (otro presidente) Antonio Guzmán Blanco, le gustaba que le compararan con Bolívar. Un ministro suyo, despedido por él con insultos y vejaciones públicas, al instante de la estampida, le decía: “Hasta en lo malcriado se parece al Libertador”. El “Chupamedias” fue perdonado de inmediato por Guzmán. Otro ejemplo que llega a lo vergonzoso como ocurrió con un tal Vidaurre, intendente de Lima, que se puso en cuatro patas para que El Libertador Bolívar subiera un hermoso Caballo alazán árabe que le había obsequiado la municipalidad.
La adulación es una perversión y desviación de la personalidad tanto del que la practica como del que la recibe, el que la hace carece de autoestima y el que la recibe sufre de megalomanía, esta situación es antagónica por que uno se sitúa en el extremo de la insuficiencia y desprecio consigo mismo y el otro en el vértice de auto-suficiencia.
El adulador tiene la necesidad de aceptación por lo cual su interés se concentra proporcionar situaciones que agraden a su jefe inmediato aunque todo sea falso y espurio. La adulación contribuye al culto a la personalidad, ya que exagera las cualidades y minimiza o borra los defectos de las personas que son objeto de ella.
La tarea del adulador es falsear la realidad, pero lo peor de todo es que es consciente de lo que hace o dice y llegan a los extremos de aceptar todos los delirios de grandeza y estupidez al que están subordinados, tanto que oí decir a uno: si me dice el jefe que debo dejar mi cargo lo hago de mas rápido que inmediatamente, tenga razón o no, porque estoy para obedecer, no para preguntar o cuestionar las causas por las que el toma las decisiones. Si él dice que el Blanco es morado de ese color es y punto, no hay nada que contrariar y se acabo la discusión.

Como podemos ver esta conducta inmoral y arrastracueros raya en la estupidez , es muy bien sabido que todo aquel que asciende en una empresa o institución gracias a esa forma despreciable de actuar , solo logra un liderazgo artificial o de utilería, nunca son verdaderos Lideres ya que su conducta solo genera desprecio y burla de sus subalternos, con la clara y profunda convicción de que en otro lugar no servirían ni para recoger la basura (hasta para recoger la basura se requiere de dignidad cosa que un jalabolas no tiene) estos personajes no tienen remedio y por lo general terminan en el estercolero de la memoria

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